domingo, 18 de abril de 2010

Las contradicciones de una Ciudad Maravillosa



Leonardo Fernandes

La historia empezaba con una policía corrupta, inmersa en una situación donde el narcotráfico dominaba parte de una ciudad consagrada por sus bellezas naturales y cargada de historia, la ciudad maravillosa, Rio de Janeiro, Brasil. Dentro de esa policía, es creado el Batallón de Operaciones Especiales, BOPE, el otro lado de los “milicos”. La policía “ética”; la que gana bien, para hacer su trabajo bien.

Es el BOPE, la policía que adentra el “morro”, sube el cerro para buscar al bandido. Y para matar, produce una guerra civil donde miles de mujeres, hombres, niños y viejos son asesinados por las fuerzas “civiles” y “militares”. Lo que presenta la película de Padilla “Tropa de Elite” fue una peligrosa retratación de una realidad que vive la ciudad de Rio y otras ciudades de Brasil, donde para combatir el narcotráfico, la policía del Estado promueve una limpieza social, un exterminio de los pobres, para lograr dar a Rio la cara que tenía en la Bossa Nova, cantada por la más alta sociedad de la música en el país, consagrada como la Ciudad Maravillosa.
“Mi alma canta, veo Rio de Janeiro (...) Rio, tu mar, playas sin fin, Rio tu eres hecha para mi, Cristo Redentor, brazos abiertos sobre la Guanabara”… (Fragmento de Samba do Avião, Tom Jobim)

Fue esa Rio de Janeiro la que presentaron al Comité Olímpico Internacional. Rio será la primera ciudad latinoamericana a ser sede de unas olimpíadas. Lula hasta lloró. Claro, por ser algo tan importante para el país, pero creo que más por desespero. Cuando el país presentó su postulación al Comité Olímpico, también presentó un plan para hacer le la ciudad algo que todavía no es, una ciudad sin las contradicciones sociales que tiene Rio, y creo que el guión de Padilla le fue bastante útil.

Rio necesita hacer una limpieza social para realizar un evento de la proporción de los juegos olímpicos. Además, es una ciudad donde parte de ella el Estado no llega, la controla el narcotráfico. Pues, se necesita de una policía que controle el puto narcotráfico, en un lapso de siete años, para darle a Rio la cara que quieren las empresas del “primer mundo”, las más grandes, los más beneficiados económicamente con la realización de las olimpíadas, a saber, Nike, Adidas, Coca Cola, Olympikus, entre otros.

La guerra empezó desde temprano, y las favelas de Rio volvieron a ser noticia: “Policía busca traficante que ordenó la invasión de favela en Rio” (Portal MS – Notícias), “Lula condena violencia en Rio y promete 'limpiar suciedad'” (Angola Press), “Policía hace operaciones en favelas de Rio bajo intenso cambio de disparos” (O Globo), “Ofensivas en barrios matan 8 más en Rio; 34 ya fallecieron” (O Estado de São Paulo). Así llegaron las noticias en las últimas semanas. Los periódicos hacen su papel. Hacer con que el genocídio se convierta en algo cotidiano. Hacer con que el pueblo se acostumbre a la muerte y a la guerra. Lula ofreció el ejército para el control del narcotráfico, una propuesta ya rechazada en otros momentos por los poderes locales. En esa guerra, la población pobre, que vive en el medio de ella es poco a poco exterminada, violentada, criminalizada, y puesta al borde de la sociedad “carioca”.

Estos trabajadores tendrán que morir, sin el derecho de hablar, y los que saldrán vivos, tendrán la oportunidad de disfrutar de las olimpiadas, en el cerro, sin bajar, sin hacer bulla, desde sus casas, desde sus vidas destruidas por una guerra donde héroes y delincuentes se confunden.
“Allá no hay muchachas doradas, expuestas, andan desnudos por las calles sus “exús” no tiene turistas, no sale foto en las revistas, allá hay Jesús, y está de espalda (…)” (Fragmento de Subúrbio, Chico Buarque)

Um comentário:

Jorge Ramiro disse...

La verdad un juego olímpico es un evento magistral deportivo y por eso trato de buscar datos para vivirlo lo mas posible. Ojala que pueda conseguir promociones lan para dentro de 2 años poder llegar a Brasil al mencionado evento