quarta-feira, 27 de maio de 2009

Libertad de Expresión

Leonardo Fernandes

“Uno enciende la televisión y en la pantalla hay un señor que dice: - ¡aquí no hay libertad de expresión! Prende una radio y ahí hay una voz que clama: - ¡aquí no hay libertad de expresión! Y uno abre el diario y hay un título enorme que dice: - ¡aquí no hay libertad de expresión!” Así decía el escritor uruguayo, autor de las venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano, al tratar de la completa ausencia de coherencia en el discurso de los grandes medios de comunicación venezolanos. La total pérdida de sentido de los conceptos por ellos abordados es su mecanismo para mantener al público, o al pueblo, en posición de completa sumisión a los intereses del capital.
Los conceptos y banderas de luchas emancipadoras fueron, al largo de la historia, apropiados por el discurso hegemónico, y transformados en conceptos vacios, descontextualizados y sin sentido.
Uno de los casos más claros de esa manipulación descarada de la opinión pública, es la utilización del término “libertad de expresión”, en una campaña articulada entre os grandes medios privados de Venezuela y del mundo para calificarle al gobierno venezolano de dictatorial y deslegitimar el proceso revolucionario bolivariano.
El episodio más evidente, que levantó el debate de nivel internacional sobre la libertad de expresión en Venezuela fue la no renovación de la concesión pública del canal RCTV en el año de 2007.
Ya en fines de 2006, luego del anuncio del Presidente Chávez de la no renovación de la concesión, la campaña reaccionaria de los medios privados del mundo fue activada. Las noticias daban destaque a los 50 años de existencia del canal, el dolor de sus funcionarios, y claro, el “cercenamiento de la libertad de expresión en el país”.
Libertad de expresión, decían ellos. Pero ¿qué es esa libertad?, y ¿a qué sirve?
Para el comunicólogo español Vicente Romano, autor del libro La formación de la mentalidad sumisa, “la Libertad de Expresión carece de sentido si no existe la misma libertad de acceso a los medios para todos”. Para comprobar el nivel de libertad que tiene el pueblo de expresarse en los medios de comunicación, basta dirigirse a cualquiera empresa privada de comunicación del país y solicitar nada más que dos minutos de su programación para debatir los problemas de su comunidad.
La lógica de los denominados “medios de masas” es que unos pocos organizan y promueven el conocimiento para muchos. Por lo tanto, en su sentido literal, el término “medios de masas” es aplicado de manera equivocada, una vez que esos medios no pertenecen a las masas. Según Romano, la lucha por la verdadera libertad de expresión está en hacer el pueblo “utilizar las posibilidades mediales de expresión en la articulación de sus propios intereses y motivarlos para que participen de un modo consciente en el proceso de intercambio de conocimientos”. En otras palabras, socializar el acceso a los medios de producción de la comunicación, entendiendo ese proceso como fundamental para la articulación del pueblo en la defensa y garantía de sus intereses de clase.
Hoy día, los estudios sobre la comunicación pasean por las escuelas pos-modernas y mecanicistas sin entender el papel social que juegan los medios en el contexto social, es decir, sin inserirse en el análisis de las contradicciones de la sociedad.
Libertad de expresión tiene que ver, por lo tanto, con la libre posibilidad de expresión e intercambio de conocimiento. El discurso unilateral, la acumulación de poder en los espacios de comunicación e información, y la propiedad privada de los medios de producción son exactamente lo que establece la dictadura mediática que impide la libertad de expresarse. Fueron precisamente esos factores que posibilitaron la intervención de canales como RCTV en el proceso político democrático de Venezuela al nivel de un golpe de estado en 2002.
Venezuela ha avanzado mucho con el fomento a la comunicación popular, lo que hace con que el debate sobre la socialización de los medios de comunicación y su ejercicio desde el mismo pueblo tornase más que urgente.
El filósofo alemán Carlos Marx, en unos de sus aportes sobre la prensa dice: “La revolución de un pueblo es total, es decir, cada esfera se rebela de su manera; por lo tanto, ¿porque la prensa no debería rebelarse como prensa?”. Hagamos lo que nos toca.


Texto publicado na edição do mês de maio do jornal alternativo DePana. www.depana.org.ve