terça-feira, 4 de agosto de 2009

Control Obrero: la emancipación en la mirada.



En el auge de la lucha de clases, como es el caso de Venezuela y la Revolución Bolivariana, cuando las contradicciones existentes en las relaciones de producción, en realidad, la contradicción entre lo que producen los trabajadores y los que detienen los medios de producción, es decir, los patronos, se encuentra más evidente, el debate de ideas tornase frecuente, en busca de construir un nuevo modelo económico para la producción y reproducción de la vida humana.

El control obrero de la producción es una de las formas, y actual bandera de algunos movimientos actuantes en el proceso venezolano, como modelo de organización del proceso productivo. En la medida en que los trabajadores elevan su consciencia, pasando del plan reivindicativo para el plan político, es decir, superando la etapa de reivindicaciones laborales, como mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, para una etapa de formulación política de su propio modelo de organización productiva, los trabajadores pasan a disputar con los patrones, o los capitalistas, que da lo mismo, la propiedad de esos medios productivos. En ese contexto surge la discusión del control obrero como vía alternativa a los tradicionales modelos de producción.

El militante de la Corriente Marxista Revolucionaria – CMR, que hace parte del PSUV, Leonardo Badel, explica que el control obrero puede aplicarse tanto en empresas públicas, o nacionalizadas, cuanto en empresas privadas, pero siempre y cuando haya una intensificación en la lucha de los trabajadores y patrones, y un nivel de consciencia que permita que los trabajadores produzcan la discusión en el marco político. Badel ilustra esa situación, con los casos de Inveval, empresa nacionalizada y bajo control obrero, y empresas privadas como Inaf – Industria Nacional de Artículos de Ferretería e la Fábrica de Franelas Gocha, ambas con un debate avanzado y con importantes conquistas en lo que se refiere al control obrero.

Como se organizan los trabajadores bajo el control obrero

No hay una regla definida para todos los casos. Los trabajadores, en discusión permanente y democrática, buscan la mejor forma de aplicación del control obrero en el marco de su capacidad, del tamaño y amplitud de la empresa, o mismo de las características del conjunto de los trabajadores organizados.

Lo que sí es fundamental, es que sea por medio de un sindicato, o del consejo de fábrica, o mismo de los dos juntos, todo y cualquier miembro de un cargo representativo de los trabajadores deben ser elegidos democráticamente por los trabajadores en asamblea. La CMR aún propone que esos obreros elegidos para tales cargos, deben ser sometidos a una revocatoria siempre y cuando no represente los derechos de los trabajadores, o no cumple con su trabajo.

Además de los cargos representativos, es decir, de los miembros del consejo o del sindicato de trabajadores, también los cargos administrativos y técnicos de la empresa deben ser escogidos por medio de la consulta democrática de los trabajadores de la empresa. Así como todas las decisiones relativas al proceso productivo debe ser discutida con los trabajadores en su conjunto. Leonardo Badel explica que el control obrero que se plantea hoy no es un control medio de la empresa, sino que un 100% del control por parte de los trabajadores.

Algunas experiencias distintas, y contradictorias.

Los distintos procesos de lucha de los trabajadores presentan conclusiones variadas de acuerdo con el embate de ideas que se producen en ese entonces, y de acuerdo con las diferentes influencias que existen en el seno de la clase obrera. Algunas de esas conclusiones representan contradicciones peligrosas, si se objetiva al final el socialismo. Una de esas contradicciones es lo que se llama por cogestión.

Ese modelo de cogestión, fue propuesta, por ejemplo, durante el proceso de nacionalización de la fábrica de papel Invepal. El aparato estatal propuso a los trabajadores un 49% de las acciones de la empresa, mientras los otros 51% permanecerían en poder del estado, que por su vez les otorgó un crédito a los trabajadores, que pasaron a organizarse en función de una cooperativa. Las acciones que permanecen en el poder del estado pueden ser adquiridas por la cooperativa hasta que esta obtenga el 99% de la empresa, que nuevamente se convierte en una propiedad privada, con múltiplos patronos, pero con una infinidad de contradicciones advenidas de esa forma de organización muy semejante al modelo capitalista. Una de esas contradicciones es por ejemplo el hecho que de hoy en Invepal, muchos trabajadores que no pertenecen a la cooperativa son contractados y desempeñan funciones de un trabajador contractado como en cualquier empresa capitalista, bajo un régimen, en mayor o menos medida, de explotación.

Según Badel, eso es la manera que el aparato burocrático del estado encuentra para meter en la clase trabajadora la mentalidad burguesa, y destruir el proceso de construcción del socialismo. Algo semejante a lo que pasó en la Comuna de Paris pasa en Venezuela, donde el aparato burocrático estatal penetra su ideología en la clase trabajadora y divide la lucha de los obreros con proyectos como la cogestión. En Inveval, empresa nacionalizada, el modelo de cogestión también fue propuesto, pero los trabajadores organizados en el consejo de fábrica devolvieron las acciones al estado, quedando un 100% de acciones estatales, pero bajo el control obrero de la producción de la fábrica.

El saboteo al control obrero

Obviamente que al paso que la discusión sobre el control obrero avanza en diversas plantas productivas en el país, los sectores reaccionarios empiezan un saboteo cruel en contra de los trabajadores. Un ejemplo de eso es el suministro de materia prima para la producción. Aún después de 5 años de nacionalizada, Inveval no produce las válvulas que tienen capacidad de producir, sino solamente las repara. La empresa que suministraba la materia prima para la producción de las válvulas, que pertenece al mismo antiguo dueño de Inveval se recusa a vender la materia prima a la empresa nacionalizada. En agosto del año pasado, el presidente Chávez firmó un punto de cuenta para expropiar la empresa, pero el aparato burocrático del estado engavetó el proyecto y hasta hoy la empresa sigue siendo privada. Sometiendo a los trabajadores de Inveval a tiempos duros en la lucha por el mantenimiento del control obrero.

“Lo que está naciendo no termina de nacer, y no termina de morir lo que definitivamente tiene que morir”, así ilustró Badel a través del pensamiento de Antonio Gramci sobre las contradicciones que todavía permanecen fuertemente en el proceso bolivariano. Para él, los trabajadores deben lograr conformar una central que represente y defienda sus intereses de clase, organizado dentro del partido de la revolución, el PSUV para acabar definitivamente con esas contradicciones que frenan el proceso revolucionario bolivariano.

Además, destaca que para resolverse los problemas de la sociedad, es fundamental la lucha para exterminar el aparato del estado burgués. “Para resolverse el problema de la materia prima y el saboteo, hay que abolir el aparato estatal burgués. Para resolverse el problema de la educación tiene que abolir la propiedad privada y aparato estatal burgués. Para resolverse el problema de la salud, educación, vivienda, deporte, arte, ciencia tiene que abolir la propiedad privada de los medios de producción y aparato estatal burgués. No hay otra alternativa” concluyó.

Obreros y comunidad, juntos.

Para el modelo de control obrero es fundamental la relación de los trabajadores con el conjunto de la comunidad. Los problemas sociales existentes en las comunidades de Caracas, por ejemplo, tienen mucho que ver con la ausencia de una planificación de la producción que objetive el bienestar común de la población, y no es enriquecimiento de unos pocos. Algunos ejemplos de la contradicción del capitalismo en la relación trabajador y comunidad, son algunos casos que se verificaron en las empresas cementeras después de nacionalizadas. Muchos trabajadores que pasan sus vidas en la producción del cemento no poseen vivienda propia, y viven en malas condiciones de hogar. Situaciones como esas son comunes en el sistema capitalista, donde un trabajador que produce alimentos, tiene un sueldo que mal da para comprarle comida a su familia. Esa contradicción solo se resuelve cuando los trabajadores, apropiados de sus medios de producción, trae los problemas de las comunidades a la reflexión de sus pares, en el sentido de planificar la producción de la empresa bajo las necesidades reales de la sociedad.

En el caso de Inveval, se ha logrado involucrar los consejos comunales en las asambleas de trabajadores, demostrando que la verdadera planificación democrática de la economía pasa por la unión de obreros y comunidades, juntos, empeñados en resolver los problemas sociales que afligen a la sociedad.

Acabar con la precarización del trabajo.

Otro debate importante en la materia del control obrero es la precarización del trabajo que sufren los trabajadores tercerizados de las empresas públicas y privadas del mundo. En Venezuela, no bastaron los procesos de nacionalización para acabar con esa forma de explotación de la mano de obra trabajadora. En el caso de SIDOR, por ejemplo, son más de ocho mil trabajadores que no están bajo nómina fija, y por lo tanto, no gozan de los derechos fundamentales de los trabajadores.

La propuesta del control obrero pasa por acabar definitivamente con la tercerización en todas las empresas del país, y la única forma es desarrollar las fuerzas productivas y establecer una legislación rígida en combate a ese tipo de explotación. “El ministerio del trabajo debe acabar definitivamente con la tercerización de la mano de obra” reclamó Badel. “El problema es un problema de clase. Es un problema del modelo capitalista de producción, y la única alternativa que se tiene que hacer, es construir el socialismo y acabar con la propiedad privada de los medios de producción. Esa es la manera de acabar con la tercerización, pero no solamente con la tercerización, sino que con todas las relaciones capitalistas de trabajo que existen en la actualidad” concluyó.

Avances del gobierno bolivariano.

En el 2º Encuentro de Fábricas Recuperadas por los Trabajadores que aconteció en Caracas, en el comienzo de julio, el Ministro de Comercio Eduardo Samán anunció la nacionalización de 20 empresas, que según él, servirán como modelo del control obrero en Venezuela.

Leonardo Badel comentó que esa iniciativa representa un avance en la discusión e implementación del control obrero. “Nos podría abrir una puerta para plantear como el control obrero de la producción es posible y como ese nuevo estado que se está creando a través de los consejos de fábrica y a través del control obrero siga creciendo permanentemente, que siga desarrollándose, que siga creando el control obrero de la producción, para abolir el aparato estatal burgués”.

Pero hay que recordar lo ya dicho: el control obrero se construye con consciencia de clase y organización política. No hay forma de construir el socialismo sin el avance de la consciencia de los trabajadores y la unión y fortalecimiento de las organizaciones políticas revolucionarias, sin sectarismo, sin dogmatismo, sin prejuicios, y con la emancipación humana en la mirada. ¡Siempre!

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